Dharma y Talento único
En esta época de ritmo acelerado, las realidades a menudo abrumadoras de la vida diaria pueden dejarnos sintiendo inseguros acerca de saber cual es o cómo realizar, el verdadero propósito de nuestra vida, lo que los maestros espirituales llaman Dharma. De hecho, descubrir el propósito profundo escondido en el núcleo mismo de nuestro yo, es un paso imprescindible para vivir una vida plenamente satisfactoria.
Según la filosofía hinduista, así como el cristianismo y numerosas corrientes filosóficas, cada uno de nosotros ha nacido con un propósito específico. Y para cumplir con ese propósito hemos sido dotados con un don o talento único y una forma única de expresarlo. En cada uno de nosotros existe algo que podemos hacer mejor que los demás. Ese talento ha de ser usado para ayudar al prójimo, puesto que para cada talento único, existen también necesidades únicas. Cuando expresamos nuestro talento único, orientándolo correctamente hacia esas necesidades únicas, entonces estamos alineados con nuestro propósito y es ahí cuando surge la chispa que genera la abundancia sin límites en todos los sentidos. La felicidad suprema, la plenitud espiritual.
Cuando trabajas (en Dharma), eres como una flauta a través de cuyo corazón el susurro de las horas se convierte en música… ¿Y qué es trabajar con amor? Es tejer una tela con hilos sacados de tu corazón, como si tu amado fuese a vestirse con esa tela… KHALIL GIBRAN, El profeta
¿Qué harías si no tuvieras que preocuparte por el dinero? ¿Qué tarea es aquella que realizándola, te produce tanto bienestar como para perder la noción del tiempo? Las respuestas a estas preguntas pueden darte pistas sobre cómo encaminarte hacia la expresión de tu talento único.
Causa y Propósito de nuestro destino
Todo el mundo ha oído hablar de Karma en algún tipo de contexto. Pero el Karma es sólo una cara de la moneda. El Dharma es la otra. El Dharma o Propósito se trabaja en el presente y se refiere al deber o al propósito que ha de cumplirse en la vida. El Karma o Causa afecta al futuro y se refiere a las consecuencias de la vida que se ha llevado.
Como complemento principal de la noción de Karma, el Dharma podría ser definido como una tendencia o línea de conducta que tenemos que incorporar en nuestras vidas como resultado de la alineación con nuestro Karma; La dirección o el camino que debemos recorrer durante esta vida. En cierto sentido, el Dharma puede considerarse como una tarea de toda la vida, y el Karma, los pasos que uno toma para completar dicha tarea.
De hecho, nuestro Karma se compone de muchas confluencias diferentes, diversos procedimientos y circunstancias resultantes de algunas acciones armónicas y otras desarmónicas de nuestro camino. La tangente resultante de estas múltiples acciones apunta hacia una dirección o rumbo determinado que está alineado con el Orden Divino Universal y nuestras propias vidas. Esto es el Dharma.
Dharma y Karma… las dos caras de la misma moneda
Sin embargo, para lograr el Dharma, primero debemos navegar las aguas tormentosas del Karma hasta que ya no haya disonancia y nuestro mundo interno esté alineado con nuestro mundo exterior. Cuando la fuerza completa del Alma se despierta en la forma física, Karma y Dharma se equilibran y se convierten en lo mismo. Las dos caras de la misma moneda.
Incluso en los momentos más dolorosos de nuestras vidas, estamos trabajando simultáneamente nuestro Karma y nuestro Dharma, porque en última instancia nuestro Dharma es el propósito entero que vinimos a desplegar en esta vida.
El propósito del Dharma es lograr la unión del alma con la realidad suprema. Así, el Dharma consistiría en encontrar la felicidad más alta.
Tres pautas prácticas para vivir el Dharma
En primer lugar debemos conocernos a nosotros mismos y descubrir nuestro verdadero yo espiritual. Percibir que no somos un cuerpo viviendo una experiencia espiritual, sino un alma viviendo una experiencia física. Es con esa percepción cuando se abre la puerta hacia una vida con un propósito elevado.
En segundo lugar debemos indagar y descubrir nuestro talento único. Es sólo en la expresión de ese talento que podremos realizar con plenitud nuestro propósito. Cocinar pasteles, arreglar bicicletas, pirograbar, hacer reír, acompañar a enfermos, enseñar latín o administrar documentos… sea cual sea tu talento único, descúbrelo y exprésalo desde lo más profundo del corazón.
Y en tercer lugar, recuerda que para cada talento único hay una necesidad única. La expresión de tu talento único ha de estar guiada por el servicio a la humanidad. Pregúntate de qué forma puedes ayudar a los demás con tu talento único, en vez de preguntarte qué ganas con eso o cómo puede ayudarte eso a ti.
El Dharma por consiguiente, establece una forma de vida encaminada a asegurar la pervivencia material y espiritual, así como el desarrollo del individuo y la sociedad.
El dilema de Arjuna
No siempre vivir el Dharma es un camino fácil… Existe una antigua alegoría sobre el camino del Dharma en las páginas del clásico e imprescindible texto sagrado Bhagavad Gita. Contada hace más de 2000 años a través de un diálogo intemporal entre el legendario arquero Arjuna y su mentor Krishna.
-Ya en el campo de batalla, Arjuna se encuentra en el dilema de tener que luchar contra parientes y amigos. Siente compasión y no quiere hacerlo. Sin embargo, es su «deber» encabezar dicha batalla por un bien más elevado-.