Numerosos estudios han demostrado que el optimismo mejora el sistema inmunológico, previene enfermedades crónicas y ayuda a las personas a lidiar con noticias desafortunadas. La gratitud está asociada con el optimismo. Se ha determinado que las personas agradecidas son más felices, reciben más apoyo social, están menos estresadas y menos deprimidas. Investigaciones recientes indican que los optimistas y los pesimistas abordan los problemas de manera diferente. Su capacidad para enfrentarse con éxito a la adversidad difiere como resultado.
El psicólogo y autor estadounidense Martin Seligman, define el optimismo como «reaccionar a los problemas con un sentido de confianza y alta capacidad personal». Específicamente, las personas optimistas creen que los eventos negativos son temporales, de alcance limitado (en vez de impregnar todos los aspectos de su vida) y manejables.
Estilo Explicativo Optimista: Dar sentido a los malos acontecimientos
Imagina dos estudiantes que reciben la misma mala nota en un examen. El primer estudiante piensa: -¡Soy un fracaso! ¡No puedo hacer nada bien! Siempre lo hago mal.- El segundo estudiante piensa: -¡Este examen ha sido difícil! Bueno, es sólo el examen de una asignatura. En otras asignaturas puedo hacerlo mejor.-
Estos estudiantes muestran dos tipos de lo que los psicólogos llaman «estilos explicativos».
Los estilos explicativos reflejan tres atribuciones que una persona hace sobre un evento reciente. ¿Sucedió por mí (interno) o por algo o alguien más (externo)? ¿Esto me sucede y sucederá siempre (estable/inmutable) o puede cambiar lo que lo causó (inestable)? ¿Esto afecta a todos los aspectos de mi vida (omnipresente) o fue una una situación puntual (limitada)?
Las personas pesimistas tienden a considerar los problemas como internos, inmutables y omnipresentes, mientras que las personas optimistas hacen lo opuesto. El pesimismo se ha relacionado con la depresión, el estrés y la ansiedad (Kamen y Seligman, 1987). Mientras que el optimismo ha demostrado ser un factor protector contra la depresión, así como para una serie de problemas médicos graves, como la enfermedad coronaria. El optimismo parece tener un gran número de beneficios para la salud.
Gratitud… Madre de todas las Virtudes
El gran filósofo y orador romano Cicerón escribió:
«La gratitud no es sólo la más grande de las virtudes, sino la madre de todas las demás»
De hecho, todos podemos recordar lo bien que nos hemos sentido en los momentos en los hemos expresado nuestro sincero agradecimiento a otras personas por su regalos de tiempo y esfuerzo. La gratitud o el sentimiento de estar agradecidos, es un concepto casi universal entre todas las culturas del mundo.
Sentirse agradecido tiene una larga serie de beneficios. Los sentimientos de gratitud se asocian con emociones negativas menos frecuentes y emociones positivas más frecuentes. Como sentirse energizado, alerta y entusiasta (McCullough, Emmons, & Tsang, 2002). Más allá de las emociones, hay evidencia de que la gratitud está asociada también con sensaciones físicas agradables.
Algoe y Haidt (2009) descubrieron que las personas experimentaban una agradable relajación muscular al recordar situaciones en las que se habían sentido agradecidos. Es evidente que el mero acto de dar gracias puede tener un impacto notable en el bienestar de una persona. Por otro lado, los actos de gratitud nos obligan a admirar las buenas cualidades de otras personas. Hacerlo nos anima a acercarnos a ellos. Tiene el beneficio añadido de mejorar el estado de ánimo; reflexionar sobre el bien que otra persona había hecho por ellos, elevó el estado de ánimo de los participantes en el estudio de Algoe y Haidt (2009).
De todas las áreas estudiadas en el campo relativamente joven de la psicología positiva, la gratitud tiene tal vez el cuerpo más amplio de investigación. Se ha demostrado que las personas agradecidas tienen mayores niveles de afecto positivo, un mayor sentido de pertenencia y niveles más bajos de depresión y estrés. Se deduce pues, que ser agradecido aumenta nuestro nivel de optimismo y viceversa.
Los psicólogos han demostrado repetidamente que las percepciones son más importantes que la realidad objetiva y las personas agradecidas poseen interpretaciones benignas de sí mismos, de otras personas y del mundo.
GRACIAS por leerme 😉