Inteligencia emocional

La inteligencia emocional tiene que ver con nuestra capacidad para distinguir e identificar nuestras emociones y las de los demás, así como la habilidad para saber manejar dichas emociones. Tiene que ver con nuestra capacidad para alcanzar nuestras metas personales y triunfar en la vida, tanto en nuestros logros materiales como en nuestra realización personal.

Cuando hablamos de emociones positivas nos referimos a las emociones que nos resultan agradables como alegría, tranquilidad, amor, satisfacción, entusiasmo, etc. En cambio, las emociones negativas son aquellas desagradables como ira, envidia, celos, asco, miedo, tristeza, inseguridad, angustia, frustración, etc. Independientemente de que las emociones sean agradables o desagradables para la persona, ambos tipos de emociones tienen sentido.

Por ejemplo, las emociones negativas, como la ansiedad o la ira, se asocian con tendencias a actuar de formas específicas. Formas que son adaptativas en términos evolutivos, es decir, la respuesta de lucha y huida. Así, el miedo contribuye a una tendencia a escapar y la ira a una tendencia a atacar. Si nuestros antepasados no hubieran estado equipados con herramientas emocionales tan eficaces, nuestra propia existencia podría haber sido dudosa. El afecto o el amor por ejemplo, sostienen por otra parte la reproducción y socialización de nuestra especie.

 

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El impacto de las emociones positivas

La teoría de la «ampliación y construcción» de las emociones positivas, desarrollada por la investigadora y psicóloga social  Barbara Fredrickson, muestra que las experiencias afectivas positivas contribuyen y tienen un efecto duradero en nuestro crecimiento y desarrollo personal. Y así es como lo hacen:

1. Las emociones positivas amplían nuestros repertorios de pensamiento-acción

En primer lugar, las emociones positivas amplían nuestra atención y pensamiento, lo que significa que tenemos más pensamientos positivos y una mayor variedad de ellos. Cuando estamos experimentando emociones positivas, como la alegría o el interés, tenemos más probabilidades de ser creativos, ver más oportunidades, estar abiertos a las relaciones con los demás, jugar, ser más flexibles y tener la mente más abierta.

2. Las emociones positivas deshacen las emociones negativas

Es difícil experimentar simultáneamente emociones positivas y negativas; Por lo tanto, experimentar deliberadamente emociones positivas en momentos en que las emociones negativas son dominantes puede servir para deshacer sus efectos persistentes. La alegría puede eliminar la tensión experimentada en un nivel fisiológico.

3. Las emociones positivas aumentan la resiliencia

El disfrute, la alegría, la satisfacción, la amistad, el amor o el afecto, aumentan la resiliencia y la habilidad para afrontar la vida positivamente. Las emociones negativas, en cambio, las disminuye.

4. Las emociones positivas construyen un repertorio psicológico

Lejos de tener sólo un efecto momentáneo, las emociones positivas ayudan a construir importantes recursos físicos, intelectuales, sociales y psicológicos que son duraderos, a pesar de que las emociones sean temporales. Por ejemplo, las emociones positivas asociadas con el juego entre amigos, pueden construir habilidades físicas como el autocontrol, así como aumentar las habilidades sociales.

5. Las emociones positivas pueden desencadenar una espiral de desarrollo ascendente

Al igual que las emociones negativas pueden conducirnos hacia espirales descendentes de depresión, las emociones positivas pueden desencadenar espirales de desarrollo ascendentes hacia un mayor bienestar emocional y transformar a las personas en mejores versiones de sí mismos.


La teoría de la ampliación y la construcción nos insta a considerar las emociones positivas no como un fin en sí mismas sino como un medio para llevar una vida mejor. Entonces, ¿Cuánta positividad necesitaríamos para tener una existencia verdaderamente próspera? Parece que la proporción 3: 1 o más de positividad: negatividad,  resulta en la experiencia de crecimiento y florecimiento. Mientras que cualquier cosa por debajo de esta relación, por ejemplo 1: 1, resulta en la experiencia de languidez y abatimiento.

Así que asegúrate de que por cada emoción negativa que experimentes, debes experimentar al menos 3 positivas para contrarrestar el efecto.

 

El impacto positivo de las emociones negativas

Las emociones positivas sin duda pueden ayudarnos en el sendero a veces pedregoso hacia el bienestar, pero esto no hace que las emociones negativas sean irrelevantes. Puede que no se sientan tan bien, sin embargo pueden producir efectos muy positivos. Veamos algunos:

  • Las emociones negativas pueden ayudar a iniciar cambios fundamentales de la personalidad. El psicólogo estadounidense experto en emociones, Richard Lazarus, escribe: «Para el adulto estable, un gran cambio de personalidad puede requerir un trauma, una crisis personal o una conversión religiosa».
  • Las emociones negativas pueden llevarnos a nuestro interior y ponernos en contacto con nuestro yo más profundo.
  • Pueden facilitar el aprendizaje, la comprensión de nosotros mismos y el conocimiento del mundo. La sabiduría a menudo se gana experimentando el sufrimiento y la pérdida.
  • Finalmente, experimentar y afrontar el afecto negativo puede tener consecuencias sociales positivas, tales como modestia, consideraciones morales, cuidado y empatía.