Hace tiempo que te ronda la idea de participar en una clase de yoga. Pero te sientes demasiado confuso o intimidado para probar y al final siempre acabas metiendo la idea en el cajón del “ya lo haré”. Nos ha pasado a todos.

Hoy te animo a abrir ese cajón y retomar la idea, proponiéndote unos tips para tomar con seguridad ese primer paso.

 

Qué y dónde… Investiga

Vale la pena bucear un poco en internet y hacerte una idea general sobre los estilos de yoga que existen. Tampoco es cuestión de hacerte un experto en la materia, pero quizá una idea general te ayudará a elegir el estilo que más se adapta a tus necesidades o preferencias.

Muchas personas comienzan a interesarse por el yoga como deporte para mantener el cuerpo sano, flexible y en forma. Otras personas llegan al yoga buscando herramientas para aliviar el estrés y la ansiedad. Y otras, llegan con sed de autoconocimiento e integración. Lo que es común a todas es, que una vez que empiezas este camino no hay vuelta atrás. A nivel físico como interior el yoga aporta tantos beneficios, que con la práctica acaba transformándose en algo fundamental.

Personalmente siempre recomiendo empezar con Hatha Yoga, base de todos los estilos de yoga físico. Siempre vas a tener tiempo de ir afinando y encontrando con la práctica el estilo que mejor se adapte a ti.

 

Materiales y ropa

Principalmente ropa cómoda. Si es de algodón, mejor que mejor. Ponte algo lo suficientemente holgado para no restringir tus movimientos pero no demasiado para no tener que preocuparte de si las braguitas se te ven o el sujetador asoma. Llevar ropa demasiado holgada, también impedirá al maestro ver correctamente tus posturas e incluso en algunos movimientos puede llegar a ser incómodo para ti tener que “recolocarte” la ropa.

Olvídate de la “fashion fiver”… Lo importante es la comodidad. Por ejemplo una camiseta sin mangas y pantalones de yoga o elásticos pueden ser perfectos. Para los chicos, un pantalón corto o también uno de yoga y una camiseta te servirá. Pantalón de chándal sería demasiado grueso. Lleva siempre una capa extra de manga larga que te puedas poner y quitar, porque al terminar la clase puedes sentir algo de fresquito en la relajación final. Recuerda que es costumbre tener los pies descalzos en las clases de yoga y que lo habitual es dejar el calzado fuera de clase.

Por lo general el estudio de yoga te proporcionará el equipo necesario para la práctica – esterillas, cinturones, bloques, mantas, etc – pero no te cuesta nada confirmar si es necesario que lleves algo.

 

Primera clase de yoga

Ve con el estómago ligero. Intenta no comer al menos durante dos horas antes de la práctica de yoga. Claro que un plátano o un pequeño tentempié no te ocasionará ningún problema.

Trata de llegar a clase al menos diez minutos antes. Así podrás hablar con tu maestro y quizá comunicarle alguna inquietud o comentarle que es tu primera vez o si tienes alguna lesión en particular. Además, esto te ayudará a elegir un espacio en la clase en el que te sientas a gusto. Al principio me solía poner en la parte posterior de la clase, eso me daba cierta tranquilidad 😉 Por simple delicadeza, trata de no caminar sobre la esterilla de otra persona.

Deja tu ego en la puerta antes de entrar. El primer día puedes llegar a pensar que todo el mundo te mirará, te escrutará o juzgará tu inexperiencia. ¡Nada más lejos de eso! El yoga es una práctica tan interna y personal que no te da espacio para juzgar. En una práctica de yoga no existe el juicio, sólo la contemplación del propio cuerpo y espíritu. Tu esterilla es tu templo. Recuerda que aquel que ya es practicante, un día fue principiante.

Así que no te preocupes por lo que los demás puedan pensar de ti. Nadie va a notar tu camiseta último modelo, ni si tu asana está correctamente sostenida o si tus michelines campan a sus anchas por encima del pantalón… Te aseguro que la mayoría de los asistentes acabarán la clase y no será sino en ese momento, que recuerden que estabas ahí, apenas a unos centímetros de ellos. De cualquier forma, su mirada siempre será cómplice, plácida y reconfortante…

 

Tradiciones comunes del yoga que puedes encontrar

OM: Muchas clases de yoga comienzan y terminan la clase cantando el sonido «Om.» Si no quieres unirte, no lo hagas, pero cantarlo es una manera encantadora de unir la energía del grupo ¡y es bastante probable que lo disfrutes!

BALASANA o Postura del niño: Esta postura es la más común y aceptada «postura de descanso» en la práctica física del yoga. Siempre que quieras descansar o incluso si por un momento te quieres desconectar de la clase, entra en Balasana con total libertad. Y no te asustes al escuchar los nombres en sánscrito de los asanas, generalmente también se suelen traducir a nuestro idioma y verás que poco a poco irás recordándolos.

SAVASANA: Es la postura del cadáver, la postura de descanso final en cualquier clase de yoga. La pose es bastante simple, acostado sobre la espalda con los brazos y piernas relajados. Savasana es una parte fundamental de la práctica de yoga. Es donde absorbemos completamente los beneficios de las posturas, calmando el sistema nervioso central y llevando la respiración de vuelta a la normalidad.

NAMASTE: La tradición al final de cualquier clase de yoga es que el profesor y los estudiantes digan la palabra «Namaste» el uno al otro. Esta palabra tiene muchas traducciones hermosas, pero esencialmente significa «me inclino a lo Divino que hay en ti».

 

Déjate ayudar y escucha tu cuerpo

No te desanimes si el maestro te ajusta una postura, esto no es una señal de que lo estés haciendo mal, simplemente estará tratando de facilitarte la construcción del asana.

No te niegues el uso de accesorios – bloques, cinturones, etc- sólo porque te hace «parecer un principiante». El uso de apoyos en una clase de yoga puede hacer que las posturas sean más cómodas tanto para principiantes como para yoguis más experimentados. Recuerda que el yoga no es un deporte competitivo, así que fuera autocríticas y comparaciones. El yoga es un camino de paso a paso. Con la práctica te sorprenderás de los avances que has logrado y que nunca hubieras ni tan solo imaginado. No existe ganar o perder. En yoga sólo puedes ganarle a las falsas limitaciones que tú mismo te impones. Y a través del trabajo con tu cuerpo, estarás trabajando la mente y el alma. Yoga significa Unión/Integración.

Como principiante, puede ser difícil distinguir entre dolor o simple incomodidad. El dolor es caliente y agudo, como una súbita sensación de pinzamiento. Durante la práctica de yoga NO deberías sentir dolor. El malestar o incomodidad es una sensación que puede cambiar si, por ejemplo, concentras tu respiración en ella. La regla de oro es que tú eres tu mejor maestro. Conoces tu propio cuerpo mejor que nadie, aprovecha cada asana para aprender a escucharlo. Reconoce tus límites reales y reconoce cuando puedes llegar un poquito “más allá”. Y si algo no lo sientes como bueno para ti, probablemente no lo sea.

 

Respiración y emociones

Aprender a conectar con tu respiración es una de las cosas más importantes que aprenderás en yoga y muchos profesores incorporan ejercicios de respiración o Pranayama en las clases.

Durante la práctica de yoga aprendemos a estar presentes en nuestro cuerpo. Esto tiene el efecto de hacer que nuestra mente subconsciente comience a sentirse segura, por lo que el cuerpo comenzará a relajarse. La tensión física se disipa con ello y también podemos experimentar una liberación emocional como resultado de eso. Si sientes tus emociones aflorar, déjalas fluir sin juicio.

 


Recuerda que no puedes ser malo haciendo yoga. Siempre habrá alguien más fuerte o más flexible. Lo realmente relevante es el enfoque con el que afrontas la práctica. Paciencia, voluntad de estar en el momento presente y conectar con las sensaciones y la respiración, respeto a tus propios límites, apertura y carencia de preconcepciones… Esta actitud será la clave para no frustrarte y disfrutar al máximo de la experiencia.

NAMASTE

ॐ ॐ ॐ